Quien hará, en soledad, tanta docencia ciudadana?
Quién honrará en magistrales cátedras La Historia?
Quien con presto estilo, desarmará a la demagogia?
Quien predicará de la virtuosa libertad republicana?
Quien viajará al mundo a explicar lo inexplicable?
Quien desde el libro, nos brindará tan gran legado?
Quien iluminará el sismo entre tránsfugas y sabio?
Quien irredentos radicales, sino él, presidenciable?
Argentinos, si advirtiérais lo grave de su ausencia
tristísimos lamentos harían trepidar al continente.
cuando ya tarde, el loco despotismo nos despierte
añorando al gran docente lloraremos por nosotros
mirada de pez inexpresiva en cubanizados rostros
sabremos cuan grave es su ausencia, no su muerte
Cuando asumiste:”Dios y La Patria lo demanden”
Y, tolerando la atrevida elocuencia de ignorantes
Resplandeció tu banca en mil cátedras brillantes
José Ignacio los libres, Dios y Patria te bendicen
Ya de Armando Ribas cóndor y águila te escoltan
vuelo doliente y orgulloso, te llevan a las cumbres
para que en magistrales celestes cátedras alumbres
saben, te aguardan los grandes libres de la historia
Ansiosos ya salen Sarmiento y Alberdi a recibirte
Les urge saber que fue de la profética advertencia
Si es cierto que el salvaje letrado en su demencia
un hombre nuevo busca, al individuo eliminando
turba ruin, que con asesinos seriales al comando
a media Europa y a libres del orbe dieron muerte
De la Patria Americana, sus padres ya se agolpan
Ha llegado al seno de la gloria un digno referente
Ay sublimes soñadores de la unión del continente
¿Cierto es, que populismos demagógicos agobian?
Codo europeo, como incesante ruta de las pestes
como triangular comercio del oro y afroesclavos
y en idéntico sendero, explicarás que iluminados
trafican demagogias en idiotas útiles, sus huestes
No midas los versos, son solo humildes pareceres
rara mezcla: sensación de congoja y pensamiento
Disculpa, epitafio de grandes literatos te mereces
Minúscula brevedad la del mármol y los bronces
Magro es mi homenaje, lo sé, y magro el lamento
estoy seguro:en los libros de los libres ¡allí vives!
JUAN A. TUCKEY SR.-
Quién honrará en magistrales cátedras La Historia?
Quien con presto estilo, desarmará a la demagogia?
Quien predicará de la virtuosa libertad republicana?
Quien viajará al mundo a explicar lo inexplicable?
Quien desde el libro, nos brindará tan gran legado?
Quien iluminará el sismo entre tránsfugas y sabio?
Quien irredentos radicales, sino él, presidenciable?
Argentinos, si advirtiérais lo grave de su ausencia
tristísimos lamentos harían trepidar al continente.
cuando ya tarde, el loco despotismo nos despierte
añorando al gran docente lloraremos por nosotros
mirada de pez inexpresiva en cubanizados rostros
sabremos cuan grave es su ausencia, no su muerte
Cuando asumiste:”Dios y La Patria lo demanden”
Y, tolerando la atrevida elocuencia de ignorantes
Resplandeció tu banca en mil cátedras brillantes
José Ignacio los libres, Dios y Patria te bendicen
Ya de Armando Ribas cóndor y águila te escoltan
vuelo doliente y orgulloso, te llevan a las cumbres
para que en magistrales celestes cátedras alumbres
saben, te aguardan los grandes libres de la historia
Ansiosos ya salen Sarmiento y Alberdi a recibirte
Les urge saber que fue de la profética advertencia
Si es cierto que el salvaje letrado en su demencia
un hombre nuevo busca, al individuo eliminando
turba ruin, que con asesinos seriales al comando
a media Europa y a libres del orbe dieron muerte
De la Patria Americana, sus padres ya se agolpan
Ha llegado al seno de la gloria un digno referente
Ay sublimes soñadores de la unión del continente
¿Cierto es, que populismos demagógicos agobian?
Codo europeo, como incesante ruta de las pestes
como triangular comercio del oro y afroesclavos
y en idéntico sendero, explicarás que iluminados
trafican demagogias en idiotas útiles, sus huestes
No midas los versos, son solo humildes pareceres
rara mezcla: sensación de congoja y pensamiento
Disculpa, epitafio de grandes literatos te mereces
Minúscula brevedad la del mármol y los bronces
Magro es mi homenaje, lo sé, y magro el lamento
estoy seguro:en los libros de los libres ¡allí vives!
JUAN A. TUCKEY SR.-
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