Si la mayoría de los argentinos se dieran cuenta en lo que se ha convertido su país, no resistirían las ganas de echarse a llorar. Abrir los ojos por un minuto, ver el lugar que ocupamos en el mundo, comparar lo que fuimos con lo que somos y tomar noción de lo que podríamos ser, desvelaría a más de uno. Esta afirmación no la hago desde un pedestal de pedantería, sino desde la simple observación y la comparación. La preocupación que muchos compatriotas tienen hoy por nuestro país no es menor, pero muchos de ellos todavía creen que en Argentina quedan aun algunos rasgos de lo que alguna vez fue un país de libres e iguales, dónde la prosperidad y la dignidad eran realidades. La situación del país es hoy muy distinta. Los valores que forjaron una nación sobresaliente han desaparecido, y con ellos, se han desvanecido nuestras libertades, el respeto por el prójimo, los buenos modales, y el amor por la libertad. El gran protagonista de esta decadencia ha sido, sin lugar a dudas, el Peronism
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